domingo, 7 de junio de 2015


El era de Bachajon venía de una familia de alfareros, había aprendido a manejar el barro, el padre Juan Lucas (indio tzeltal), se adueño del secreto de su hijo, que le había cachado cantando una tonadita tristona y fue ahí cuando le dijo a su hijo, ese pájaro quiere tuna. Ella también era de Bachajon, y día a día iba por agua al riachuelo y pasaba frente a él portalillo de Juan Lucas.

Una mañana chocaron las dos miradas sin haber ninguna reacción, sin embargo desde entonces ella acortaba sus pasos al pasar frente a la casa de Juan Lucas, por su parte el hijo de Juan Lucas detenía sus actividades y la miraba fijamente hasta que se perdía entre el follaje que bordea el rio.

Juan un día siguió la mirada de su hijo y vio que el fin de esta era aquella muchacha, poniendo en marcha su obligación como padre, que era ir con el “principal” y pidiéndole que fuera a pedir a la muchacha, cargados de presentes fueron en busca del padre de la joven y dándole a la joven los presentes ella los rechazo, la segunda vez también le llevaron presentes y de la misma manera los rechaza, haciendo que aquellos hombres regresen de nuevo a casa con sus presentes.

La tercera y última vez ellos llevan regalos más finos como un huipil, un enredo de lana, artes, gargantilla de alambre y una argolla nupcial, presentes del novio a la novia. Se habla de las fechas, padrinos etc. todos los preparativos para el gran evento nupcial, como es costumbre un día antes la novia junto a su madre y vecinas cercanas preparan las tortillas y el mole negro para la celebración. Al estar ahí frente a frente se miran por primera vez a corta distancia. La joven sonríe y él se pone grave y baja la cabeza, el “principal” se pone al centro, la madre de la joven riega pétalos de rosa sobre el piso, la pareja se arrodilla humildemente a los pies del “principal”, y el mismo les habla de los derechos como hombre y de sumisiones para la mujer, ordenes de él y acatamientos que debe haber por parte de ella. Los hace que se tomen las manos y reza con ellos.
Como es costumbre la nueva desposada se pone ante el suegro y besa sus plantas, él la levanta y la lleva ante su hijo, la madre de la nueva desposada va frente al hijo de Juan y le dice- Es tu mujer –dice con solemnidad al yerno- cuando gustes la podrás llevar a tu casa para que te caliente el tepexco. El sale lentamente y siguiéndolo sale la joven de manera alegre por ser el día más feliz de su vida, según como lo marcan todas las mujeres.